“Con el propósito estratégico de prestar servicios de apoyo a las actividades de investigación y extensión que desarrolla Cenipalma y en aras de responder a las problemáticas que tienen cada una de las zonas palmeras, se crearon los campos experimentales, que hoy también son referentes de buenas prácticas agrícolas y de productividad”, expresó Alexandre Cooman, Director General de Cenipalma.
Uno de los objetivos de la reunión es intercambiar información sobre las actividades desarrolladas por las plantaciones y plantas de beneficio y los resultados de sus proyectos de investigación e innovación en los diferentes procesos de la agroindustria para la producción de aceite, el uso de productos y subproductos.
De acuerdo con el lema del evento en este año, “Tecnología e innovación para una palmicultura colombiana resiliente”, es hora de no decaer en las mejores prácticas en toda la cadena agroindustrial, apoyados en la innovación tecnológica para responder con eficiencia a los retos de la palmicultura frente al difícil momento que se afronta debido al COVID -19, entre otros factores”, manifestó Jens Mesa Dishington, Presidente Ejecutivo de Fedepalma.
¿Cómo surge la idea de crear los campos experimentales?
“Probablemente una de las primeras actividades de investigación en el mundo fue la investigación agrícola, dada su importancia en el concierto alimentario. Por su propia naturaleza, la investigación ha sido y debe ser regional y aplicada, ya que los avances e implementación de muchas de las tecnologías se deben probar y adaptar a las condiciones específicas de cada región, país o zona edafoclimática”, expuso Alexandre Cooman.
A su turno, Jens mesa Dishington, Presidente Ejecutivo de Fedepama, relató que en 1991, a raíz de las decisiones del XVIII Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite celebrado en septiembre de 1990, se constituye jurídicamente el Centro de Investigación en Palma de Aceite, Cenipalma, como una entidad sin ánimo de lucro, dedicada a generar, adaptar, validar y transferir tecnologías en palma de aceite, su cultivo, procesamiento y consumo.
Expresó que cuando Cenipalma llegó a un grado de madurez que le exigió desarrollar investigación riesgosa, de alto costo, estratégica (mejoramiento genético, por ejemplo) o bajo condiciones controladas, la Federación decidió dotarlo de campos experimentales en las zonas palmeras.
Cenipalma en la actualidad dispone de tres campos experimentales; Palmar de la Vizcaína ubicado en la zona central, Palmar de Las Corocoras en la zona oriental y Palmar de La Sierra en la zona norte; en la zona suroccidental se dispone de la Estación Experimental La Providencia.
A juicio del Director de Cenipalma, los campos experimentales también deben ser un escenario permanente de divulgación, transferencia de tecnología e intercambio de conocimiento con los palmicultores.
De esta forma, el directivo se refirió a los cuatro campos experimentales con la idea de que se conozca más del portafolio y énfasis del trabajo que se desarrolla en cada uno de ellos:
En 2004 se inauguró El Campo Experimental Palmar de La Vizcaína, en la Zona Central. Es el más grande y antiguo, ubicado en Barrancabermeja y San Vicente de Chucurí, Santander, su enfoque está en biología y mejoramiento genético.
Los campos que están en etapa de desarrollo, son El Palmar de Las Corocoras, ubicado en Paratebueno, Cundinamarca, que se ha enfocado en agronomía (suelos) y procesamiento, y donde se está consolidadno una importante infatesructura de laboratorios, y El Palmar de La Sierra, de 417 ha en Zona Bananera, Magdalena, que se ha enfocado en agronomía, más específicamente en manejo del recurso hídrico.
El Campo experimental más pequeño es la finca de La Providencia, adquirida en 2011, de 42 hectáreas, ubicada en Tumaco, Nariño, con el enfoque de investigar sobre plagas y enfermedades.