En Colombia se calcula que entre el 8.5 y 9% de la población adulta tienen diabetes. Eso significa que en el país cerca de 4´000,000 personas tienen esta condición; más que todo diabetes tipo dos. Se estima que después de los 40 años, 1 de cada 10 personas es diagnosticada con diabetes.
La diabetes es una condición que impide al organismo utilizar correctamente la energía de los alimentos. La diabetes aparece cuando el páncreas no produce insulina o sí produce insulina, pero el organismo no es capaz de utilizarla (resistencia a la insulina); por tanto, se necesita un tratamiento para dicha condición.
La familia y su entorno juegan un papel muy importante para que los pacientes con esta condición se mantengan sanos, sigan una dieta sana y equilibrada, realicen actividad física con regularidad, y sigan las indicaciones médicas correspondientes. Es por esto que el mantenerse informado y conocer todo sobre esta condición es fundamental para los integrantes de la familia, ya que tendrán herramientas para apoyarlo y ayudarlo a adherirse mejor al tratamiento, dándole soporte no solamente en el entendimiento de sus requerimientos alimenticios, en la importancia de la actividad física, sino también en la adopción de un estilo de vida saludable.
La Dra. Camila Céspedes, Endocrinóloga Pediatra del Hospital San Ignacio de Bogotá, indica que “El diagnóstico de diabetes implica ajustes que tienen que ver no solo con el paciente sino con la dinámica familiar. El acompañamiento disminuye la angustia y aligera el proceso en la medida que abre caminos para que todos asuman el diagnóstico con la tranquilidad que da no sentirse solos y perdidos”.
Las personas con diabetes tipo 1, se administran por lo menos 120 inyecciones de insulina al mes, es decir, un promedio de unas 4 inyecciones de insulina diarias. Hoy en día gracias a la tecnología médica las personas con Diabetes tipo 1 tienen nuevas alternativas de tratamiento, pueden despedirse de las inyecciones diarias y mejorar su calidad de vida. La Dr. Camila Céspedes asegura que: “El tratamiento de bomba no sólo mejora la vida de los pacientes y sus cuidadores, pues además de disminuir el número de inyecciones y mejorar el control metabólico, el monitoreo continuo, la suspensión automática antes de hipoglicemia permite recuperar la tranquilidad del sueño de muchos papás de niños que hacen hipoglucemias.
La Dra. Adriana Medina, endocrinóloga y coordinadora del Programa de Diabetes y Bomba de insulina del Hospital San José, indica que el tratamiento con bomba de insulina le permite al paciente tener una participación constante de su propio diagnóstico, puede tomar acciones en corregir las complicaciones que se puedan presentar, lo que sin duda alguna mejora la calidad de vida del paciente.
Para la Dra. Céspedes, conocer acerca del diagnóstico desde todos los aspectos (tratamiento, nutrición, actividad física) permitirá que el paciente se empodere y tome decisiones en su día a día para cuidarse y tener actividades cotidianas como los realizaba antes del diagnóstico.