La palma de aceite le apuesta a la reactivación económica y generación de empleo.
La agricultura le ha respondido al país en estos primeros meses de crisis. Ahora viene el momento de impulsar la reactivación económica y la generación de empleo y el sector palmero le apuesta a ser uno de los protagonistas que, desde la legalidad y la formalidad en el campo, aporte a esta inmediata necesidad.
Desde sus inicios, la palmicultura ha mostrado sus bondades. Es un sector pujante, con un crecimiento constante a lo largo de su historia. Pero más importante, es un sector con altos niveles de formalidad en su actividad y en el empleo que genera, superior a 82 %, es altamente inclusivo con más del 85 % de sus productores, de pequeña escala, y adicionalmente cuenta con proyecciones positivas en su demanda durante los próximos años.
Y esta tendencia se continúa observando. “El 2020 inició con un aumento en la producción de la agroindustria de la palma de aceite, que durante los primeros seis meses ha estado por encima de lo observado en 2018 y 2019, aproximadamente 8 % de aumento respecto a igual periodo del año anterior”, reveló Jens Mesa Dishington, Presidente Ejecutivo de Fedepalma en el marco del Congreso de Palmicultores, que se adelanta actualmente de manera virtual.
Respondiendo a los retos que ha traído la pandemia, por primera vez se organizaron de manera virtual, entre ayer y hoy 4 de septiembre, los eventos gremiales anuales: la Asamblea General de Fedepalma, la Sala General de Cenipalma y el Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite.
En este espacio, el dirigente gremial también expresó que “tras un largo período de precios bajos, en el segundo semestre de 2019 empezó a verse una notoria recuperación de la agroindustria de la palma de aceite, que infortunadamente se truncó por la pandemia y llevó nuevamente a una caída durante el primer semestre de 2020”.