1. Reconciliación con nuestras raíces: La obra permite mirar el pasado sin nostalgia ingenua, sino con ternura crítica: recuperar los valores, los silencios, los conflictos y también las violencias simbólicas dentro de la familia.
Reconciliarnos con lo que fuimos es el primer paso para construir un presente más justo, humanizando al otro, que nos lleva a respetarlo.
2. Sanación a través del diálogo intergeneracional: Abuelos, hijos y nietos pueden reconocerse en escena. El público comparte recuerdos, se ríe de sus propias historias, se reconcilia con figuras maternas, paternas, y consigo mismo.
La obra propone que el teatro puede ser un espacio de escucha, perdón y encuentro.
3. La familia como semilla de paz: En 1920 no todo era ideal: había reglas, castigos, desigualdades. Pero también había ternura, ritos, respeto.
La obra muestra cómo transformar lo aprendido, lo heredado y lo silenciado, en herramientas para construir paz en casa y en comunidad.
4. Humor y arte como puente emocional: El humor de la obra permite hablar de lo difícil con ligereza, y eso abre puertas al perdón. Reír juntos es una forma de reconciliarnos.
Esta obra no impone discursos, los despierta desde la emoción compartida.
SINOPSIS DE UN NOVIAZGO EN 1920: Una deliciosa y aguda comedia que nos transporta a la Bogotá de principios del siglo XX, donde el amor, las buenas costumbres y la severidad familiar tejían los códigos de una sociedad conservadora y profundamente contradictoria.
«UN NOVIAZGO EN 1920» es una pieza clásica del reconocido escritor Álvaro Salom Becerra, cargada de humor negro, ironía fina y una crítica social sutil, que nos invita a revivir —y a cuestionar— las tradiciones de una época en la que el matriarcado se camuflaba tras la aparente sumisión, las novias eran «muy decentes», los pretendientes entraban a casa bajo estricta vigilancia, y el temido “pecado” era el centro de todas las tensiones familiares.
A través de escenas cargadas de gracia, nostalgia y ternura, el espectador se sumergirá en un mundo de patios con olor a eucalipto, vestidos de encaje, serenatas y miradas furtivas, en el que cada detalle ha sido cuidadosamente ambientado para evocar los sentidos y la memoria.
Este montaje es un homenaje a Bogotá en su mes aniversario, y al mismo tiempo un reconocimiento a nuestros adultos mayores, verdaderos guardianes del lenguaje, la historia y las costumbres que nos definen.
Una invitación a reir, recordar, sentir… y a rendir tributo a las raíces que nos han construido.
Lugar: TEATRO BERNARDO ROMERO LOZANO
Dirección: Calle 46 No. 28-30, barrio Belalcazar en Teusaquillo.
Hora: a elección, dependiendo de la tipología del público.
Aforo: 120 butacas
#Teatro #Planes #Entretenimiento