En Colombia, según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN), el 6,3% de la población menor de 5 años, el 24,4 % de los escolares y el 17.9% de los adolescentes tienen exceso de peso[1], una cifra que ha venido en aumento por los cambios en los hábitos alimenticios y disminución de la actividad física, lo que ha llevado a poner la mirada sobre uno de los componentes alimenticios más importantes, y a la vez, menos tenidos en cuenta: la lonchera.
“La lonchera es más que un complemento: es una oportunidad diaria para fortalecer hábitos saludables y entregar los nutrientes que los niños necesitan para desarrollarse bien. Sin embargo, usualmente la dejamos de lado, sin pensar que estos alimentos afectan la energía, concentración y crecimiento de los niños”, asegura Carolina Alarcón, Gerente de Asuntos Regulatorios y Nutrición de Alquería, una empresa cuyo propósito es ofrecer alimentos nutritivos para atender las necesidades de los colombianos.
¿Qué debe tener una buena lonchera?: De acuerdo con reportes del Ministerio de Salud y Protección Social, una lonchera ideal debe combinar alimentos de todos los grupos de forma balanceada[2], asegurando variedad y sabor.
Estos son algunos consejos clave:
- Incluir alimentos fuentes de proteínas, carbohidratos y grasas saludables: una mezcla adecuada de estos alimentos y sus macronutrientes da saciedad, y mantiene los niveles de energía estables.
- Asegurar una fuente de calcio diaria, fundamental para la formación de huesos y dientes fuertes. Los productos lácteos, por ejemplo, son ricos en calcio, proteínas y vitamina D, y suelen ser bien recibidos por los niños. Se puede variar entre leche, bebidas lácteas, quesos, yogurt y kumis, entre otros[3].
- Incluir frutas frescas o en preparaciones naturales[4], que aportan vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Las frutas también ayudan a mantener una buena hidratación.
- Evitar el exceso de azúcares y sodio[5], presentes en productos ultraprocesados que, aunque tentadores, aportan poco valor nutricional y pueden alterar el metabolismo infantil a largo plazo.
- Incorporar alimentos fermentados con probióticos, los cuales favorecen la salud intestinal y fortalecen el sistema inmune.

Cómo lograr una lonchera práctica y nutritiva: Para muchas familias, el reto no es solo nutricional, sino también logístico. El tiempo, la variedad de gustos y la conservación de los alimentos son factores determinantes. Por eso, Alarcón recomienda:
- Planear con antelación el menú de la semana, así se evita recurrir a opciones de última hora.
- Empacar porciones pequeñas pero completas, que incluyan al menos un alimento rico en proteínas como alimentos lácteos, carnes, huevo; una fruta y una bebida nutritiva.
- Apostar por alimentos de larga vida o refrigerados listos para consumir, que faciliten la rutina y garanticen la seguridad alimentaria durante el transporte.
- Elegir porciones de alimentos adecuadas a las necesidades de los niños, y presentaciones que sean atractivas, tanto en sabor como en textura. cuando los alimentos se ven bien, se disfrutan más.
“La lonchera no solo nutre, también educa. Es una herramienta para enseñar a los niños a escuchar su cuerpo, disfrutar de los alimentos y tomar decisiones más conscientes. Y eso es algo que se construye día a día, desde casa y con el ejemplo”, concluye la experta de Alquería.
[1] https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/ED/GCFI/ensin-colombia-2018.pdf
[2] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Loncheras-saludables-para-el-regreso-a-clases.aspx
[3] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Loncheras-saludables-para-el-regreso-a-clases.aspx
[4] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Loncheras-saludables-para-el-regreso-a-clases.aspx
[5] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Loncheras-saludables-para-el-regreso-a-clases.aspx
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